| Nombre: | Huachicavaneg Huachinog-vaneg Huachi |
| Significado: | Desconocido |
| Categoría: | Héroe |
| Mitología: | Maya Tseltal |
| Advocación: | Luna |
| Nahual: | Ninguno |
| Padre: | Chicovaneg |
| Madre: | Lequilants |
| Consorte: | Ninguna |
| Hijos: | Ninguno |
| Armas: | Escudo Lazo |
| Nacimiento: | Desconocido |
| Muerte: | Ninguna |
| Hogar: | Desconocido |
| Enemigos: | Ninguno |
Huachicavaneg o Huachinog-vaneg fue un héroe de la mitología maya tseltal.
Se trató de un guerrero quien creó el Segundo Sol, el Sol de la Noche, es decir, la Luna.
Etimología
Ignorada. Su nombre viene del tseltal.
Genealogía
Su padre fue el héroe Chicovaneg y su madre fue Lequilants.
Mitos
La Leyenda del Origen del Sol y la Luna
El padre de Huachicavaneg, Chicovaneg, había tenido que abandonar a su familia para viajar a los cielos y crear el Sol. Luego de lograr su hazaña, Chicovaneg se había quedado en los cielos recorriéndolos mientras sostenía el Sol.
Huachicavaneg creció bajo la sombra de su padre, pensando en que nunca podría lograr una hazaña similar y que lo único que podría hacer sería construir casas para la gente, como lo había hecho toda su vida.
Su madre, Lequilants, le dio la idea de crear un Sol para la Noche ya que en las Noches hacía falta algo que iluminara el cielo además de las estrellas para que la gente no tuviera miedo a la oscuridad, pero también tenía que ser algo que no diera calor para que la gente pudiera descansar del ardor del Sol, y que también fuera algo que desapareciera y reapareciera de poco en poco para que la gente pudiera apreciarlo cuando no estuviera.
Huachicavaneg tuvo entonces la idea de crear un Segundo Sol, un Sol para la noche. Con la bendición de su madre, empezó su viaje para crear ese Sol, sabiendo que al igual que su padre, cuando acabara su misión, no podría regresar a la Tierra y no volvería a ver a su madre.
Huachicavaneg primero visitó a Nahevaneg, el hombre más sabio del pueblo. Huachicavaneg esperaba contar con la ayuda de la Serpiente Emplumada que había apoyado a su padre para crear el Sol, sin embargo Nahevaneg le dijo que la Serpiente estaba ocupada protegiendo al mundo.
En su lugar, Nahevaneg unió a Huachicavaneg con un conejo que pasaba por ahí y al que llamó Tul. Nahevaneg también aconsejó a Huachicavaneg sobre cómo podría crear el Segundo Sol y dónde encontraría el camino que lo llevaría a los cielos.
Huachicavaneg creó dos escudos. Uno normal que llevaba en su mano derecha y otro hecho de una fibra de maguey que llevaba en su mano izquierda y con la que podía filtrar los rayos del Sol.
Con sus dos escudos y con Tul como su compañero, Huachicavaneg tomó el camino que Nahevaneg le había indicado hasta que llegó a una cueva custodiada por Cananpale-hetic, un jaguar quien vigilaba la piedra de Chabuquel, entrada a los cielos que antes Chicovaneg había creado al pasar por ahí. Cananpale-hetic dejó a Huachicavaneg y a Tul descansar antes de subirse a Chabuquel para que desde ahí pudieran saltar a la estrella más cercana.
Cuando Huachicovaneg se subió al Chabuquel aunque dudó en saltar al mirar que podría caer en el abismo del Balamilal si se resbalaba. Tul se ofreció a saltar primero, así lo hizo y aunque tuvo varios intentos fallidos, finalmente logró alcanzar la primera estrella. Huachicovaneg, inspirado por el conejo, saltó también y alcanzó la estrella.
Entonces Huachicavaneg empezó a saltar de estrella en estrella, recolectando un trozo de cada una. Cada vez que tomaba un pedazo de estrella, lo amarraba a un lazo y la bajaba con cuidado al abismo del Balamilal para enfriarla, de manera que dejara de calentar pero no perdiera su brillo. Después volvía a colocarla en uno de sus escudos.
Cuando terminó, Huachicavaneg había logrado crear un Segundo Sol, el Sol de la Noche, el cual brillaba pero sin calentar. Con el escudo que tenía en su otra mano, Huachicavaneg iba tapando de poco en poco el Segundo Sol para hacerlo más pequeño hasta desaparecerlo por completo para después hacerlo aparecer de nuevo, cumpliendo así las descripciones que su madre le había dado para el Segundo Sol.
Cuando terminó su labor, Huachicavaneg empezó a recorrer los cielos por la noche, sin embargo en su andar Tul, con sus saltos, comenzó a estorbarle por lo que le pidió que volviera a la Tierra. Tul lo llamó un desagradecido y Huachicavaneg apreciando la lealtad del conejo y su deseo por seguirlo acompañando, talló en el escudo principal la figura del conejo, para que la gente pudiera honrarlo al igual que él.
Desde la Tierra, Lequilants vio el Segundo Sol y se llenó de orgullo de su hijo.
Poderes
Huachicavaneg podía recolectar trozos de estrella y al ascender al cielo se volvió inmortal.
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